Domingo

Miguel Bose
La íºltima milésima de mi felicidad
Hace que emane de mi espí­ritu la mas dulce bondad
En el abismo de lo í­ntimo hay fragilidad
Y con paciencia acabo abriéndome con naturalidad
Y callan ya las maquinas y calla la ciudad
Apago el ruido en mi cabeza sí­ y el silencio se da
Y se alza el viento de lo plácido me invade la quietud
Y lo ligero e irresponsable al fin se convierte en virtud
Y si es domingo se santifica
En mente en cuerpo como en ánima
Y después de siete dí­as bendito el séptimo dí­a
Y aquí­ tumbado me quedo en la cama a santificar
Y si es domingo se santifica
Como que escrito está en la biblia
Y después de siete dí­as bendito el séptimo dí­a
Y aquí­ agarrado a la almohada me quedo en la cama en paz
Y me elevo en el cielo floto como una nube
De sentimientos fugaces ni horizonte ni fin
Y se abren las ventanas y siento como el sol
Calienta toda y cada célula y entra en mi corazó
Y suenan las campanas repican con quietud
Camino de la infancia voy de regreso a la luz
Y si es domingo se santifica
En mente en cuerpo como en ánima
Y después de siete dí­as bendito el séptimo dí­a
Y aquí­ tumbado me quedo en la cama a santificar
Y si es domingo se santifica
Como que escrito está en la biblia
Y después de siete dí­as bendito el séptimo dí­a
Y aquí­ agarrado a la almohada me quedo en la cama en paz
Y me elevo en el cielo floto como una nube
De sentimientos fugaces ni horizonte ni fin