Hay una espalda que me está mirando,
Hay una nuca que se está dejando acariciar por mí,
Hay unos ojos que no saben nada,
Hay unos labios que, de madrugada, me dirá que sí
Hay una luna llena en ese escote,
Una pupila fija en el capote de la excitació,
Hay un reloj que siempre da las cinco,
Hay una hormiga que anda dando brincos por mi pantaló
Hay un imbécil bailando con ella,
Hay otra lengua lamiendo la huella que deja su pie,
Hay una llave, un hall, una escalera,
Hay un pecado que no sé qué diera yo por cometer
Hay una moto que me está vendiendo,
Unas caderas que andan exigiéndome imaginació,
Hay un taló, un culo, una rodilla,
Hay una risa haciéndome cosquillas en el corazó
Hay un peligro de incendio esta noche
En el asiento trasero de un coche,
Se quema una pareja en el tercero,
No seré yo quien llame a los bomberos
Hay un veneno que se le parece
Hay unas medias que ocultan, que ofrecen, que niegan, que dan,
Hay un mohí, un tal vez, una pose,
Hay una falda mintiéndome: no se la vas a quitar
Hay una cremallera arrepentida,
¿dónde diablos estará escondida la maldita luz?
Hay una mano, un brazo, un hombro, un codo,
Hay una boca que lo dice todo sin decir ni mu
Hay manchas de carmí en la almohada,
Hay un conserje que no ha visto nada si le das dos mil,
Hay una copa que se está vaciando,
Hay unos dedos que me está quitando la chaqueta gris
Hay un teléfono recié cortado,
Una pintada obscena en el lavabo al lado del bidet,
Hay una cruz absurda sobre el lecho,
Hay un espejo en cada techo para verse del revés
Hay una puerta que se está cerrando,
Hay unos pechos que se van librando del sujetador,
Hay un infierno que me está esperando,
Hay una cama que se está empapando con nuestro sudor