Quisiera abrir lentamente mis venas Mi sangre toda verterla a tus pies
Y sin embargo tus ojos azules Azul que tienen el cielo y el mar
Y entre lágrimas viviendo
Qué breve fue tu presencia en mi hastío Qué tibias fueron tus manos, tu voz Como luciérnaga llegó tu luz Y disipó las sombras de mi rincó
Y yo quedé como un duende temblando Sin el azul de tus ojos de mar Que se han cerrado para mí
Y entre lágrimas viviendo