solitario como un Tuareg. siente el miedo de poder sufrir. Las estrellas le acompañan en silencio al anochecer. Heredero de un legado escondido solo en la fe. Se pasa el tiempo mirando al sol. Ya su ceguera no puede parar. Fría su alma, todo le da igual. No existe razó, no ve solució, las arrugas de la libertad. lleva el sello de la humildad. en su instinto por sobrevivir. presintiendo que puede morir. Pero un día todo le cambió, Y en su tristeza a lo lejos sintió, la mano de Dios le quería ayudar. la alegría al despertar. darle al tiempo su lugar. ver que todo no es maldad. La locura es su sentencia caminando solo en su verdad. Maldiciendo con desprecio todo lo que le pueda salvar. muere solo en su pedestal. No hay lamento, no hay tristeza, i siquiera alguien llorará. Y aquí se acaba esta historia fatal. En algíº pueblo, en alguna ciudad puede haber alguien sufriendo así. darle al tiempo su lugar. ver que todo no es maldad.